Si te preguntas qué es el oratorio, su propio nombre te indica que es un lugar donde se ora. Pero si aun así no acabas de entender qué es, te diré lo mismo que Jesús les dijo a sus discípulos cuando le preguntaron: “¿maestro dónde moras? Jesús respondió, ‘venid y veréis”’ (Jn 1, 39).
No es un reclamo para convencer a nadie, pero de la misma manera que cuando uno ha oído de alguien, pero hasta que no se encuentra con él no sabe quién es, así sucede también con Cristo y con su Iglesia. Porque en el oratorio es precisamente esto lo buscamos, un encuentro verdadero con Cristo y los hermanos.
Por propia experiencia te diré que cuando a mí me entró por primera vez la curiosidad por conocer quién era Jesús, del que yo apenas sabía, intuí que saber de él, no era un conocimiento más que yo iba adquirir y ya está, sino que para conocerlo debía de alguna manera ‘mojarme’, ser valiente, y dejarme querer…
Te diré que en el oratorio los jóvenes no hacemos cosas raras…bueno, cantamos canciones litúrgicas, recitamos algún salmo, leemos el evangelio, recibimos una catequesis y compartimos. Eso, para los tiempos que corren es bastante raro, ¿verdad? Pero no hay nada de resultón, estrambótico o extraordinario.
“Es un momento de parón en nuestras vidas, de silencio, de paz…”
“El oratorio es un lugar donde te encuentras en paz y donde te sientes amad@. Además, gracias a las palabras y a los testimonios te acercas un poco más al Señor.”
“Para mí, el oratorio es…muchas cosas. Es uno de los únicos momentos de relajación y reflexión que tengo en la semana, que como casi siempre, está muy ajetreada. También es lugar en el conoces a gente con la que nunca has hablado y entablas una pequeña amistad. Es un lugar donde estás a gusto, tranquilo y un lugar donde te sientes feliz tal y como eres. Y lo mejor del oratorio es la segunda parte, donde te echas cuatro risas y pasas un rato entretenido.”
“Para mí, el oratorio es un hogar donde sentirte apoyado y acogido sea cual sea tu situación, donde se te ayuda y se te quiere cuando estás tan cegado que ni tú mismo lo haces y donde cuidas a tus amigos tanto como ellos te cuidan a ti, donde lo que no parecía posible, se hace realidad y donde conoces y estrechas lazos con gente maravillosa.”
“El oratorio es un lugar donde te puedes abrir y nadie te va a decir nada. Para mí es necesario ir todos los jueves.”
“…es compartir emociones.”
“Un sitio en el que me encuentro a mí misma, en el que se me olvida lo que hay fuera y en el que me siento querida.”
«El oratorio para mí significa: encontrarme con Dios en mis hermanos»
¿Quieres conocer al que es la VIDA?
“Ven y verás”.
Ah…. Y si Dios quiere, hacemos todos los años el Camino de Santiago, porque es precisamente por él por el que nace este grupo, tan peculiar.
Si quieres saber más sobre el oratorio y su origen, pincha aquí.
Las reuniones se retomarán con normalidad una vez se haya levantado el estado de alarma y se vuelva a la actividad normal. Gracias.