El pasado día 30 de Julio la Iglesia celebraba en muchas localidades de España y Valencia (Sagunto, Aielo de Malferit, Albalat dels Sorells, Alcàsser, Alcosser de Planes, Almoines, Alquería de la Comtessa, Benimaclet, Camp de Mirra, Carpesa, Carrícola, Cocentaina, Orba, Picanya, Simat de la Valldigna, Teulada, Torrent, Vilavella, etc.) la festividad de las Santos «de la Piedra»: Abdón y Senén. También en nuestro caso ha sido siempre una festividad muy importante, dado que junto con la Purísima, comparten el patronazgo de nuestra localidad.
Por su tradición como intercesores de fenómenos meteorológicos y puesto que Bétera ha sido siempre de naturaleza agrícola, se ha celebrado tradicional y necesariamente esta fiesta. Sin embargo, la mayor industrialización, la potencia de otras festividades, y por muchos otros motivos, el 30 de Julio ha ido perdiendo fuerza a lo largo de estos últimos años. Éste año, además se le suman las restricciones por el Covid-19. Pero aun así, parece que la devoción aún latente de unos pocos fieles es suficiente para no dejar de celebrar la vida de nuestros santos en nuestra parroquia. Agradecemos desde aquí su esfuerzo y ganas de mantenerla, porque celebrar el martirio de los santos es mantener viva la llama de nuestra fe.
La tradición dice que en la localidad de Arles-sur-tech (Francia), donde en la Edad Media descansaron los restos de ambos, se les solicitó la protección de los campos ante la amenaza de pedrisco, cosa que sucedió además de las aguas que brotaban de debajo de su tumba de como señal de fertilidad. Desde entonces, la tradición se fue extendiendo y arraigando en el cristianismo.
Hoy en día la amenaza de pedrisco en nuestra sociedad puede tener otros nombres a parte del meteorológico. Por ejemplo: la pandemia, la superficialidad de los medios de comunicación, las ideologías contrarias a la fe, etc… Por este motivo estos mártires, que en medio de la persecución, la condena y la tortura no dejaron de confesar a Cristo como su Dios y Señor, siguen siendo hoy para nosotros un fuerte ejemplo. Siguen siendo semilla de nuestra fe.
Que los Santos Patronos intercedan siempre por nosotros y les guardemos con amor en nuestra memoria.