La pobreza y la exclusión social se dibujan muchas veces con rostro de mujer. Es algo que las entidades socio caritativas que trabajan en la diócesis de Valencia venían denunciando desde hace años. Pero ahora la pandemia -y con ella la crisis económica- ha profundizado esta brecha de género, que ha golpeado con más dureza a las mujeres migrantes. Lo constata Cáritas Valencia en las acogidas de las parroquias, donde cada día atienden a muchas más mujeres que hombres. Lo refrenda el Informe Foessa, presentado hace pocas semanas, que refleja que la brecha de género se ha multiplicado por tres desde 2018. Por ello las entidades sociales se han puesto manos a la obra. Un ejemplo es Lloc de Vida, en Burjassot, donde Cáritas, Provincia Vedruna y la Consellería de Igualdad se han unido para ayudarlas.